Eptifibatida (integrina, Productos farmacéuticos del milenio, también co-promovido por Schering-Plough/Essex), es un fármaco antiplaquetario de la clase de inhibidores de la glicoproteína IIb/IIIa.[1] La eptifibatida es un heptapéptido cíclico derivado de una proteína que se encuentra en el veneno de la serpiente de cascabel pigmea del sureste (Sistrurus barbouri). Pertenece a la clase de los llamados miméticos de arginina-glicina-aspartato y se une reversiblemente a las plaquetas.. Eptifibatide tiene una vida media corta. El fármaco es el tercer inhibidor de GPIIb/IIIa que ha encontrado una amplia aceptación después de que el anticuerpo específico abciximab y el tirofibán no peptídico entraran en el mercado mundial..
Eptifibatide se usa para reducir el riesgo de eventos isquémicos cardíacos agudos (muerte y/o infarto de miocardio) en pacientes con angina inestable o sin elevación del segmento ST (p.ej., sin onda Q) infarto de miocardio (es decir., síndromes coronarios agudos sin elevación del segmento ST) tanto en pacientes que no van a recibir cirugía (conservador) tratamiento médico y los sometidos a intervención coronaria percutánea (PCI). El fármaco suele aplicarse junto con aspirina o clopidogrel y (bajo peso molecular o no fraccionada) heparina. Además, el tratamiento de apoyo habitual consistente en aplicaciones de nitratos, bloqueadores beta, Se deben emplear analgésicos opioides y/o benzodiazepinas según lo indicado.. La evaluación angiográfica y otros procedimientos de diagnóstico intensivo pueden considerarse una tarea de primera línea antes de iniciar la terapia con eptifibatide. El fármaco debe utilizarse exclusivamente en pacientes hospitalizados tanto por el grado de gravedad de los pacientes’ enfermedad y debido a los posibles efectos secundarios de la eptifibatida.